sábado, 21 de febrero de 2015

El hombre del sábado: el conductor más fantástico del mundo

Estaba ya tardando mucho en hacerle su propia entrada, no sé por qué no lo he hecho antes, la verdad.
Ha perdido con los años, la verdad, pero nadie, NADIE, puede negar que en su día, allá por los ochenta, nos volvió a todas un poco (mucho) locas.
Ahí vienen las perracas en celo a presentar a... (Espero decirlo bien...)



¡DAVID HASSELHOFF!


Porque era guapo como el demonio, con sus ojos azules, sus rizos, su mandíbula fuerte...


Por esa aura de incomprendido que nos derretía...


Porque verle con esa cazadora de cueros y ese jersey rojo disparaba nuestras hormonas.


Porque, ¿quién no soñaría con un tipo que le hablaba a un reloj y tenía un Pontiac que se conducía solo?

Por ese cuerpazo de impresión que no dudaba en mostrarnos a la mínima de cambio.

Toma virilidad




Porque cuando nos cantaba, se nos caían las bragas.



Porque ama a los perrinos...




Porque le gusta salvar vidas.
Tira ya la foto que respire, ¡hostias!


Ahora no me pillas. Me tapo la panza y ya...


¡Yoooo, yo lo salvooooo!


Por su papel estelar en Bob Esponja...





 Por todo eso, David Hasselhoff se merecía su propia entrada.




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